Intentando comprar una vivienda: cómo abaratar su precio

Pese a la bajada de precios de los últimos cinco años, comprar una vivienda sigue siendo una operación de enorme responsabilidad. Han descendido los precios pero también ha caído nuestro nivel de vida, al tiempo que ha aumentado la incertidumbre sobre el futuro. Si a ello sumamos la dificultad para lograr una hipoteca, se nos dibuja un panorama difícil.

 

Si aún así queremos y podemos comprar un piso, debemos tener en cuenta favores que pueden abaratar esa compra. O dicho de otro modo, en este contexto debemos bajar algo nuestras exigencias para así ahorrarnos unos cuantos miles de euros. Eroski Consumer nos da unos cuantos consejos.

 

Sin ascensor

Es una de las circunstancias que más se puede utilizar por parte de los compradores para conseguir una rebaja en el precio de una casa. Además, si el piso es un 1º, 2º o 3º, en realidad el esfuerzo de subir no será excesivo, y más aún si los que la adquieren son personas jóvenes y sin problemas de salud.

 

 

Pisos bajos

Las viviendas de los pisos más bajos (primeros, bajos o sótanos) se comercializan con un importe más asequible. En unos casos se debe a su menor demanda y, en otros, por sus características, ya que suelen soportar más ruido, son menos luminosos...

 

Vivienda interior

Una vivienda interior siempre es más barata que una exterior. Pero no siempre comprar una casa con estas peculiaridades implica desventajas. En las ciudades grandes, y siempre que el piso sea luminoso porque da a un patio de manzana, los interiores son mucho menos ruidosos.

 

Quién quiere portero

Contar con un servicio de portería para recoger basuras, limpiar el edificio, recoger paquetes postales o dar información sobre cualquier eventualidad resulta muy cómodo. Pero también es más caro, ya que hay que pagar un sueldo al portero. Por ello, las casas sin este servicio son también más baratas.

 

Hay zonas y zonas

Las viviendas que están en las calles céntricas y los barrios más exclusivos tienen precios más elevados, mientras que las más alejadas del centro o situadas en zonas periféricas presentan un coste más ajustado. Asimismo, las ubicadas en zonas con excesivo movimiento, o en las conflictivas, suelen tener unos precios más baratos y con posibilidad de rebaja.

 

Mal estado del piso o del edificio

Sin duda, un piso mal cuidado no puede tener el mismo importe que otro que se encuentra en perfecto estado. Por ello, es uno de los factores con los que más se puede negociar, ya que habrá que invertir dinero en reformas tras la compra. Si el edificio (fachada, zonas comunes...) está en mal estado o deteriorado, su precio también será menor, ya que tarde o temprano tendrá que haber reformas.

 

Antigüedad del inmueble

Es otra de las variantes que puede incidir más en la cuantía definitiva de la venta o alquiler. A medida que su construcción sea más antigua, más barata será.

 

Con pocos servicios

Al igual que el portero, la ausencia de trasteros o garaje puede ser un detonante para que el importe de venta se aligere, con respecto a otros que sí cuentan con estos servicios en su carta de presentación.

 

Número de vecinos

Si hay pocos vecinos, los gastos de mantenimiento y administración de la finca se pueden disparar. Al haber un menor número, el reparto será más exigente al tener que dividirse entre menos propietarios.

 

Otros aspectos

Las tomas de electricidad, la adaptación a banda ancha para conectarse a Internet, las fuentes de recepción para recibir las señales de televisión o el tipo de calefacción serán otros de los detonantes para que el precio de la vivienda se amplíe o pueda verse deteriorado.

 

Fuente: 20 minutos